Tres amigas charlan sobre su vida sexual:
“A José, cuando hacemos el amor, se le calientan los testículos”, dice una de ellas.
“Parece que eso le pasa a todos los hombres, porque a Juan también le sucede lo mismo”, responde otra.
“Pues yo no me he fijado con Luis, pero esta noche lo sabré”, dice la tercera.
Al otro día, la mujer de Luis aparece con un ojo morado, un brazo enyesado y cardenales por todo el cuerpo.
“¿Qué te pasó?”, inquieren preocupadas las dos amigas.
“Fue Luis”.
“¿Luis? ¿Pero, por qué te golpeó así?”
“Es que anoche, cuando hacíamos el amor, le toque los testículos para confirmar lo que habíamos hablado y, al ver que los tenía calientes, le dije:
Se te calentaron al igual que a José y Juan”.